«Presente significa Regalo» es un precioso testimonio de Gonzalo Goñi que en la actualidad participa en nuestro curso de los lunes del Método Hakomi (Mindfulness Relacional para el autodescubrimiento). Gonzalo comenzó a acudir a nuestras clases de Mindfulness, participó en una serie de sesiones individuales de autodescubrimiento hasta que dedició participar en el grupo de Hakomi. Es una de esas personas que da gusto ver como evoluciona, como comprende esta forma de trabajo personal y los cambios que va consiguiendo, muy evidenciables desde el exterior. Muchas gracias Gonzalo!!

Presente significa Regalo

«Podría decir que la vida se me escapaba entre los dedos. El miedo, la ira y la vergüenza eran mi forma de relacionarme con el mundo que me rodeaba. Estaba enfadado, sobre todo conmigo mismo, y la vida me resultaba caótica y agotadora. Relacionarme con la gente me creaba ansiedad y frustración. Me estaba convirtiendo en un cínico, sin ilusiones ni expectativas. Ya no sabía quién era y, lo que es peor, me daba igual quién pudiera llegar a ser. Tenía la sensación de que llevaba muchos años deambulando por un laberinto que irremediablemente me llevaba al mismo lugar y no sabía cómo salir, es decir, estaba perdido.

Había empezado a leer sobre mindfulness en internet, incluso me compré un libro sobre el tema; también empecé a practicar meditación por mi cuenta, pero algo no funcionaba. Al principio conseguía tranquilidad y recuerdo que pensé: esto es la panacea, la solución a todos mis problemas; alguna meditación de vez en cuando y recupero la paz y la armonía, más feliz que el orondo Buda. Sin embargo, seguía triste, seguía enfadado.

Fantasmas del pasado, monstruos del presente. Ahí estaban las dudas de siempre, los mismos miedos, las mismas inseguridades, pero con una diferencia, porque ahora sus formas se dibujaban con aterradora claridad cuando miraba dentro de mí. Recuerdo que sentí vértigo; quería chasquear los dedos y desaparecer, quería borrar el pasado: tenía haberme hecho respetar cuando… tenía que haber dicho que… si me hubiera comportado… si no hubiera permanecido callado…

Quería olvidar unas experiencias que estaban marcadas a fuego, que habían sido traumáticas para mí, y lo quería ya; quería llegar al final del camino, pero no estaba dispuesto a recorrerlo, me daba miedo, y sentía vergüenza por sentir miedo. El caso es que reuní valor y busqué ayuda, así conocí a David.

David me acompaña en el camino, vamos poco a poco, porque “antes de subir el Himalaya hay que subir San Cristóbal”. Él me enseñó el paso numero uno (*), los demás son cosa mía. Sin embargo, otros pasos me acompañan. A veces es una palabra, otras una mirada cómplice; a veces un gesto, una mano amiga o una sonrisa amable. Puede ser la esperanza en los ojos de Sofía, o la mirada de aliento de Julia; puede ser la positividad de Jon y los ánimos de Mariana; también puedo crecer con la valentía de Rachel y mejorar con la bondad de José Miguel; puedo conmoverme con la honestidad de Iván, o aprender de la naturalidad de Uxue; puede que Irantzu me recuerde que fui un niño ingenuo, y que Blanca me enseñe a tratarlo con ternura. Todo puede ser, porque “hoy es siempre todavía”. Gracias a todos por estar presentes, porque presente significa regalo.

(*) Paso número uno le llamamos a esa forma de prestar atención al momento presente, observando lo que ocurre mientras ocurre, atención al momento presente que incluye las siguiente características: 1) Aceptación 2) Sin juicio 3) Con curiosidad 4) Con amabilidad y 5) Sin expectativas.

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